Una receta con gelatina para triunfar
Se puede sacar mucho partido a la gelatina, un producto fácil de manejar.
La gelatina podemos encontrarla en formas diferentes. Da mucho juego y tiene muy poquitas calorías, aportando sin embargo mucha proteína.
En repostería se suele aconsejar utilizarla en polvo pero para gustos están los colores. Ya que es inodora, incolora e insípida, su finalidad es la de dar consistencia al postre.
Es utilizada en muchas recetas y elegir sólo una es tarea difícil, pero hoy vamos a proponer una receta de repostería muy sencilla y un acierto seguro. Se trata de gelatina con leche y fresas.
Tiene un contraste de sabores y colores que no deja indiferente a nadie.
Encontrar ingredientes de repostería es fácil si se elige bien dónde encontrarlos. Las gelatinas en polvo, espesantes y texturizantes pueden adquirirse por ejemplo cómodamente online desde casa en tiendas especializadas.
Es innegable que estos ingredientes se han convertido en tendencia en técnicas de pastelería. La repostería permite dar rienda suelta a la creatividad.
Esta receta además de sana y rica, es asequible incluso para quienes están comenzando a experimentar.
Receta de gelatina de fresas y leche
Ingredientes:
- un bol de fresas, piña y kiwi amarillo
- 14 g de gelatina
- zumo de piña
- 1/2 de taza de agua
- 2 tazas de leche
- 1/2 taza de azúcar
Equivalencia: 1 Taza = 225 g
Preparación:
En primer lugar se cortan las fresas en rebanadas y se cuecen a fuego lento junto con rodajas de piña y kiwi amarillo, en el zumo de piña hasta que entren en el punto de ebullición.
A continuación se toman unos 7 gramos de gelatina mezclada con un cuarto de una taza de agua y se agregan también al cazo de las fresas, mezclándolo bien. Esta masa tendremos que pasarla a un molde y dejarla en el frigorífico una hora y media o hasta que veamos que ha cuajado uniformemente.
En ese intervalo calentamos dos tazas de leche junto con media taza de azúcar, también a fuego medio, lo suficiente para que se disuelva el azúcar.
Seguidamente tomamos otra porción de unos 7 gramos de gelatina y los mezclamos con un cuarto de taza de agua para añadirlo a esta segunda mezcla, que ha de removerse bien y dejarse enfriar a temperatura ambiente.
Tomamos la primera masa que dejamos reposando en el frigorífico y que debe estar cuajada, y le añadimos esta segunda masa que hemos hecho de la leche junto con el azúcar, la gelatina y el agua. Todo en el mismo molde sobre la primera masa.
Se deja de nuevo en el frigorífico por otro periodo de una hora y media aproximadamente y entonces ya estará listo para sacar del molde y servir. Uno de sus puntos fuertes es la bonita combinación de colores, que le da un toque muy elegante.
Puedes añadirle una capa intermedia de bizcocho fino de chocolate y otra superior que al darle la vuelta quedará como base. Esto es opcional.
De esta forma tan sencilla se puede ser un gran anfitrión cuando se tienen invitados o cuando queremos colaborar con un detalle cuando alguien nos invita a una cena en casa. Además se trata de una receta que gusta a casi todo el mundo, porque básicamente son fresas y leche.
Trucos a tener en cuenta
Cuando se trabaja con gelatina, la temperatura de cocción nunca debe ser alta ni estar mucho tiempo al fuego, porque si nos pasamos podemos romper su capacidad gelificante, que al final es su mayor atractivo.
En la misma línea no debemos recurrir a su enfriamiento rápido en el congelador, porque al descongelarse tendrá una pérdida de agua que puede echar a perder la receta.
Ahora sólo queda dedicarle un ratito a su preparación y a saborear todas sus formas y colores. Los trozos de fresa aún visibles bajo la gelatina le darán un toque muy especial.
Puedes ver otros usos de la gelatina como en la siguiente receta de Nata montada. Es un truquillo para que tu nata montada tenga más consistencia, pero sin perder ni el sabor ni la textura.
Que rico.